Revelan los misterios del fardo 298


Las ofrendas se exhiben en la nueva sala Paracas del museo de Pueblo Libre. Se trata del último gran fardo Paracas hallado por Julio C. Tello.

Por Roberto Ochoa

A partir de 1925, el padre de la arqueología peruana, Dr. Julio C. Tello, recuperó casi medio millar de fardos en tres importantes necrópolis iqueñas, de los cuales 33 fueron catalogados “de primera categoría” por el propio Tello.

Hasta principios del siglo XXI se creía que todos estos ya habían sido desenfardelados, pero los especialistas del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia (MNAAHP) descubrieron que el fardo 298 –pese a su importancia– había sido archivado entre fardos de menor categoría.

Todo indica que fue el propio Tello quien decidió “esconder” el 298 entre fardos de menor categoría para evitar su salida del país. En 1929, el gobierno de Augusto B. Leguía decidió donar y prestar los mejores fardos Paracas para su exposición en museos y ferias de todo el mundo. Ahora se cree que Tello lo cambió de categoría para evitar la expatriación del fardo 298.

El proceso de apertura del fardo 298 empezó en el 2005, a cargo de un equipo de arqueólogos liderados por Carlos del Águila y cinco curadoras expertas en artefactos líticos, cerámicos, metales, textiles y restos humanos. Luego de un largo y meticuloso trabajo, el fardo demostró su valor con el hallazgo de una docena de grandes mantos tejidos con la conocida iconografía Paracas y otras finas piezas textiles que, entre otros detalles, incluyen tejidos de pallares multicolores. También se hallaron cerámicas y algunas piezas de oro.

Hoy sabemos que el enterrado fue un hombre de 40 a 50 años de edad, que medía 1.64 metros, era de contextura atlética, diestro, un cráneo alargado de acuerdo a las costumbres de la élite social de la época; y tuvo una vida con mucha actividad física vinculada a actividades pesqueras y agrícolas. También se sabe que sufrió de caries y otras graves dolencias dentales por la falta de higiene.

Sin embargo, los expertos comprobaron que el archivamiento del fardo fuera de su contexto funerario y abierto luego de 70 años de archivado en el museo contribuyó a la destrucción de finas piezas textiles.

Pero lo mejor es visitar las instalaciones del museo de Pueblo Libre y comprobar que un fardo funerario puede dar nuevas luces sobre la vida y la cosmovisión de una gran civilización que prosperó en los actuales territorios de Ica, en el sur del Perú.

Las ofrendas del fardo 298 serán expuestas hasta el 31 de mayo. La muestra coincidió con la publicación de la edición número 30 de la revista Arqueológicas, con sus once capítulos dedicados a todo el proceso de apertura y puesta en valor del citado 298.❧

Claves
Las ofrendas son expuestas desde el 15 de abril en el salón Paracas del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) ubicado en Pueblo Libre.

Los visitantes también podrán contemplar un breve video del proceso de desenfardelamiento y rescate del 298 y, de paso, conocer el nuevo salón donde se exhiben otras maravillas textiles del antiguo Perú.

Fonte: http://larepublica.pe/impresa/sociedad/876560-revelan-los-misterios-del-fardo-298

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